Hoy despertamos con la maravillosa noticia de tener entre las manos la revista Exteriores donde aparece nuestro proyecto de vivienda CQ.
Una gran sala de madera: Estructurada en dos partes, vestida con colores neutros y pensada para hacer la vida al aire libre. Así se erige esta terraza de 105m2, concebida como un pequeño paraíso particular donde relajarse y abstraerse del agigantado ritmo de la ciudad. Un espacio sereno, puro y riguroso, que se convierte en el centro de esta vivienda de vanguardia
Una terraza de unos ciento cinco metros cuadrados surgida de la unión de dos áticos en uno solo. El espacio se concibe como un mirador desde el que se puede observar gran parte de la ciudad. No obstante, aparece completamente rodeado de listones de madera para poder disfrutar de un lugar al aire libre desde el que se puede ver el cielo y tomar el sol, pero sin renunciar a una tranquilidad y una privacidad absolutas.
Mantener completamente interrelacionados interior y exterior y aprovechar el espacio al máximo han sido los principales objetivos del proyecto. Las correderas acristaladas que separan la casa de la terraza contribuyen a mantener una unión visual y efectiva entre ambos espacios, además de permitir que la luz natural penetre en las estancias interiores.
Dado que el espacio donde se ubica no es demasiado grande, se ha organizado y aprovechado perfectamente y se han utilizado varios elementos para distinguir los dos únicos ambientes que conforman el proyecto: la zona de comedor y la de estar. No existe ningún elemento que las separe visualmente; únicamente el tipo de mobiliario utilizado da una idea de qué utilidad tiene cada una.
Destaca en primer lugar el comedor, formado por una gran mesa y un conjunto de sillas que permiten disfrutar de una comida al aire libre en cualquier momento del día. Se halla justo enfrente de la cocina, con la que mantiene una cierta correlación en cuanto a la funcionalidad y estilo decorativo.
En el otro extremo de la terraza se halla la zona de estar, formada por un amplio sofá y una mesita a conjunto, especialmente diseñados para el exterior. Se concibe como un espacio de ocio y relax, ideal para celebrar reuniones con la familia y los amigos o simplemente para tomar el sol relajadamente. Se halla enfrente de una sala de estar interior que, gracias a las cristaleras, parece prolongarse hacia fuera. Tanto este espacio como el del comedor están protegidos por varios toldos que permiten tapar o descubrir cada zona, según convenga.
Para conceder a ambos ambientes un carácter más doméstico y acogedor, el suelo se ha pavimentado con lamas de fibra con virutas de madera, a modo de alfombra. Varios pasillos de fibra de vidrio blanca delimitan las distintas franjas y rodean la terraza de una forma elegante y con estilo.
UN AMPLIO SOFÁ Y UNA MESITA A CONJUNTO PRESIDEN LA ZONA DE ESTAR
A petición de la propietaria de la vivienda, el proyecto se ha resuelto en tonos claros, como blancos y beiges, que se potencian con el color de la madera, tanto en el interior como en el exterior. Incluso los pocos elementos decorativos, dos mesitas auxiliaries, algún jarrón y varias macetas, presentan los mismos tonos.
Las únicas plantas con las que cuenta el proyecto, varias especies de cactáceas, han quedado relegadas a las múltiples macetas esparcidas por la terraza, hechas a medida en fibra de vidrio blanca.
A grandes rasgos, se puede concluir que el presente es un programa refinado y distinguido que destaca, precisamente, por su simplicidad. Tanto las tablas de madera que actúan como alfombras, como las franjas de fibra de vidrio, el elegante mobiliario empleado, los colores neutros o los pocos elementos decorativos, son algunas de las señales que muestran que se trata de un proyecto de carácter actual y minimalista que vela por conseguir una total simbiosis entre interior y exterior.
Una burbuja de vanguardia en el centro de la ciudad de Barcelona.